No hace falta llevarse bocadillo cuando se visita el Rastrillo. Este pareado es bien cierto, porque hay múltiples opciones para salir bien alimentado y con provisiones para casa.
Para los amantes del dulce y también de lo salado, nada más entrar nos encontramos con la pastelería llena de deliciosas tentaciones que van desde las empanadillas, hasta inmensas tartas. Pasando, eso sí, por pastelitos, bollos, caracolas...
Todo ello servido por las dulces y también saladas voluntarias de este stand.
Si de comer sentado se trata, tenemos dos opciones: el bar, donde con simpatía y salero los voluntarios y voluntarias nos ofrecen ricas tapas y menús diarios completos y saludables a tan sólo 8 euros...
O el restaurante de la primera planta, en el que un excelente equipo de voluntarios se encarga de servir los deliciosos menús de los restaurantes colaboradores: Palafox, Guetaria II, La Rinconada de Lorenzo, Rausán y Pantxica Orio.
Pero si lo nuestro es la cocina y queremos llevarnos buenos ingredientes para nuestros platos, en el stand de Alimentación encontraremos todo lo que necesitamos: aceite, embutidos de Teruel de calidad extra, queso puro de oveja, mermeladas, miel... Sin olvidar la amplia gama de vinos. Hay un abanico tan grande de productos, que necesitaremos el sabio consejo de los expertos voluntarios y voluntarias para elegir entre tanta delicatessen.
Irresistibles tentaciones que no te puedes perder.
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