Un día, 24 horas, es lo que queda de esta XXVII edición del Rastrillo Aragón llena de buenos momentos, destacando poder ver a mucha gente entrando para ser participes de la causa solidaria. Y eso llena de orgullo, hace sonreír e inyecta mucha fuerza a todas las personas voluntarias que hacen posible cada año el Rastrillo.
No les queda mucho tiempo a esas puertas para cerrarse, aunque si pudieran contarnos y describirnos lo que pensaban todas las personas que han pasado...sería...unas con la idea de ver todo un poco, o de comprar algo ya pensado, quizás con la suerte de encontrar algo que necesitaban y estaba a buen precio...tantas historias que se pueden llegar a mezclar y revolotear por el Rastrillo...siempre con buenas sensaciones y una pizca de solidaridad.
Surgen entrevistas para contar lo que pasa, ahí está el presidente de la Fundación siempre atento y es que los medios de comunicación son nuestros "aliados solidarios" para que difundan, distribuyan y hagan correr ríos de tinta e imagen sobre el día a día del Rastrillo.
Los días festivos los aprovechamos para estar con los más pequeños, siempre el PequeRastrillo tiene actividades realizadas por las profesionales de la Granja escuela CAI Torrevirreina, construimos hormigas, imanes para la nevera y chapas con el logo de la Granja como recuerdo de lo bien que lo han pasado.
Aunque no se trate de un stand al uso, nos gusta destacar la presencia de la empresa de inserción Inserta, para que el público sepa todas las acciones que realiza, desde reformas integrales, confección y muchas más cosas... ahí están siempre para ampliar información de interés. Sigue iluminado el cartel del Rastrillo, sigue presente la solidaridad...queda un día, un gran día.
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