Domingo de Rastrillo en el que hemos retrasado la hora para aprovechar la luz solar y quizás sean las primeros susurros para decirnos que va a llegar el frío invierno. Lo cierto es que la gente espera en la entrada de la sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza para que a las 11 horas, como cada día, se abran las puertas y caminen a visitar los diferentes satnds que les esperan con todos sus productos debidamente ordenados y expuestos.
Sí, la gente, las personas que se acercan día tras día, forman parte de esa solidaridad que sigue paseando por "la Multiusos", una sala enorme que enseguida se llena de gente por los diferentes pasillos que hay entre los stands. Realmente parece una pequeña ciudad, un caminar sin más semáforos que donde te paras a mirar y, si acaso, comprar para así contribuir a nuestro trabajo por las personas.
En ese ir y venir, las familias con niños tienen la oportunidad para que el PequeRastrillo sea el lugar idóneo en el que sus hijos participen en alguna de las actividades que tienen preparadas los fines de semana en el Rastrillo. En este domingo hemos tenido la oportunidad de saber quién vive en la granja... tocando diferentes texturas de pelo, pintándolos al gusto de cada uno y llevarse su cuaderno para conocer mejor a los diferentes animales.
Las personas, la solidaridad se unen en un punto fundamental para que todo funcione, la pieza fundamental del "engranaje" Rastrillo, son las personas voluntarias que, igualmente, esperan la llegada de ese público que tras la puerta de entrada mira el reloj para ver si son las 11 de la mañana y se abran las puertas.
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