O mejor dicho, "las vidas", porque cuando donas un objeto, del tipo que sea, ya ha tenido un uso, mucho o poco y le has cogido más o menos cariño, la cuestión es que decides donarlo y ya pasa a mejor vida o para ser más exactos a otra vida, camino, uso...
Seguramente las personas que donan "sus" objetos pensarán si ese valor que tiene para ellos, lo tendrá también para la persona que lo adquiera en el Rastrillo. Porque la nueva vida de esos objetos donados pasa por estar en el Rastrillo, no sabemos si un rato, un día o varios pero será su última estancia antes de pasar a otras manos.
Esas nuevas manos, esas personas que adquieren los objetos donados le van dar otro uso, por ejemplo si se trata de un adorno porque lo pondrán en otro lugar o lo regalarán a otra persona, con lo que volverá a cambiar de manos y de persona.
Claro que si hablamos de un libro, el uso está algo más claro, quizás para leerlo o a lo mejor para ponerlo en una estantería, no lo sabemos pero lo cierto es que las "vidas" de cada objeto donado van a tener un sentido y no es otro que hacer posible que desde la Fundación Federico Ozanam sigamos trabajando por las personas.
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