Desde dulces a vinos, pasando por excelentes tapas o menús caseros, el Rastrillo ofrece múltiples posibilidades para disfrutar comiendo
Permanecerá abierto en el Auditorio de Zaragoza hasta el 7 de noviembre, de 11 de la mañana a 9 de la noche, de forma ininterrumpida
Zaragoza, 31 de octubre de 2010.- El Rastrillo Aragón 2010 ofrece múltiples posibilidades para que los visitantes disfruten del sentido del gusto ya que, además del stand de alimentación y el de pastelería, ofrece diariamente exquisitas tapas y menús caseros en la cafetería- bar; por otra parte, en el restaurante de la primera planta se sirven menús entre semana elaborados por prestigiosos establecimientos de la ciudad. De esta manera, el visitante del Rastrillo puede realizar su particular ruta gastronómica sin salir de la sala multiusos.
Si la visita comienza cuando se abren las puertas, a las 11 de la mañana, el visitante puede degustar una excelente pieza de bollería fresca en el stand de repostería, donde puede elegir entre una amplísima gama de productos: leche frita, rosquillas caseras, torrijas, merengues, croissants, mini-panettone de naranja o chocolate, etc. También puede acercarse al bar del Rastrillo y acompañar el café con una exquisita ración de bizcocho casero elaborado por las voluntarias.
Para hacer un alto en el camino tras realizar las compras solidarias, el visitante dispone en el bar de una selección de tapas y raciones con las que tomar el aperitivo: pinchos de tortilla, tapas de queso brie con cebolla caramelizada o mermelada, tapas de jamón con huevos de codorniz, raciones de salpicón de marisco o de pimientos rellenos, etc. Todo ello a precios muy económicos. Si lo prefiere, el visitante puede encontrar en el stand de repostería hojaldres de pollo y puerro o tortitas de sardinas y pimientos por 2 euros.
Y si se hace la hora de comer, existen varias posibilidades: Se puede reservar una mesa en el restaurante de la primera planta, donde se ofrecen menús entre semana elaborados por prestigiosos establecimientos de la ciudad a 30 euros, o bien se puede acudir al bar donde se sirven menús completos a 8 euros todos los días.
Otra opción es adquirir productos en el stand de alimentación para degustarlos en casa. Allí podemos encontrar latas de conserva de delicias de avestruz al oporto por 3,50 euros, cuñas de queso de oveja a 5 euros, chorizo, jamón, lomo embuchado o tarros de conserva elaborados en Calamocha (Teruel) o estupendos vinos de las Denominaciones de Origen Rías Baixas, Cariñena, Navarra o Bierzo a precios entre un 20% y un 30% más bajos que los que se pueden encontrar en las tiendas.
En definitiva: una amplia oferta de productos alimenticios para disfrutar comiendo en el Rastrillo.
El Rastrillo, ubicado en la Sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza, permanecerá abierto hasta el 7 de noviembre en horario de 11:00 a 21:00 horas, de forma ininterrumpida. La entrada es gratuita.
La recaudación obtenida con las ventas constituye la única fuente de ingresos propia de la Fundación Federico Ozanam, organizadora del Rastrillo. Este año, dicha recaudación irá destinada a la formación, el empleo y la vivienda, dada la difícil situación de muchas personas, que actualmente carecen de trabajo y de herramientas para conseguirlo.
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